Así lo vivimos | Estadísticas del partido El Atlético se fue hasta Tallin para dejar atrás su última frontera. Superar al Real Madrid en Europa, lo que nunca había ocurrido, lo era. El equipo de Simeone, efectivo, hambriento, ilusionado en lo que parece el inicio de una época incluso más ambiciosa, conquistó la Supercopa, la tercera de su historia, para confirmar su extraordinario crecimiento, su espíritu inconformista, su vocación por dominar. Nadie había ganado una final internacional a los blancos en los últimos 18 años. El imposible lo hizo el Atlético, crecido en lo emocional pese a los golpes del pasado, tras un partido parejo, disputado, veraniego, resuelto en la prórroga ante un rival que jugó bien, pero que regaló demasiado. El Madrid empezó a malvivir sin Cristiano. Sólo fue un partido oficial sin el delantero portugués, un partido estival, pero perdió. Adiós al primer título de la temporada en el estreno de Lopetegui, que tampoco pudo emular a Zidane. Una nueva era. Para el Madrid y, por supuesto, para el supercampeón, el Atlético. A los 50 segundos, Diego Costa se cocinó un gol como el delantero con estrellas Michelín que es. Chef de la pelea por los balones imposibles, al delantero hispano-brasileño le dieron un melón y le puso jamón ibérico. Controló con la cabeza, se hizo un autopase, Sergio Ramos no midió bien y Varane pecó de tibio. Delante de Keylor pero muy escorado, Diego descerrajó un derechazo que sorprendió al portero tico por el mismo sitio por… [Read full story]
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